domingo, 2 de noviembre de 2008

Día 6: Galicia, ya huele a Galicia!!

-Etapa: Vega de Valcarce-Portomarin
-Kms: 82,08
-Kms acumulados: 425,2
-Velocidad media 13,2km/h
-Velocidad máxima: 65,5km/h
-Tiempo pedaleando: 6h, 10´48"
-Tiempo total pedaleando: 29h 13´
Hoy ha amanecido con un frió que cortaba, hasta entrar en calor intentábamos ir lo mas despacio posible, para así no sentir el aire helador en la cara, pero era imposible. Nada mas comenzar el camino apuntaba hacia arriba! y armados con toda la ropa de abrigo posible comenzamos a subir!!! y para que tanta ropa si a los pocos metros nos sobraba hasta las bicis...jajaja!!dios que calor empezó a hacer en cuanto salimos un poco del valle.

El día parecía que poco a poco iba empezando, las nubes se abrían y dejaban pasar los primeros rayos calientes...uhnm que sesación mas buena sentir como tu piel se calienta con el sol. Alex, como todas las mañanas, aunque esta un poco feo decirlo pero es necesario para narrar la crónica, paro para su momento allbram, (espero que me entendáis...) y yo decidí seguir subiendo pues me daba miedo enfriarme tan temprano, con el sol todavía tan bajo. Al poco tiempo los primeros peregrinos en levantarse se iban convirtiendo en los últimos y un rato mas tarde coincidí con un bicigrino Belga. Me estuvo contando que venia desde la puerta de su casa en bici, que iba cargando con 22kg y que llevaba recorrido unos 2200km...eso es valor!!yo me sentí pequeño a su lado al ver lo ligero que iba yo con 8kg solamente...practicamente subimos hablando hasta llegar a La Laguna de Castilla, donde tras esperar un ratillo apareció Alex y decidimos sellar, para sin mas seguir ascendiendo.
El O Cebreiro ya se veía...eso solo significaba una cosa, GALICIA, todo a partir de aquí cambiaba, el acento, el paisaje, los caminos, los mojones, todo y todo para mejor, para mejor, pero podía ser mejor?!?!pues si!una vez arriba entramos en la capilla de la virgen del O Cebreiro y allí nos pusieron un sello digno de mención especial, el sello ocupaba cinco casillas de la credencial, precioso. Descansamos un rato y desayunamos una napolitana de un puestecillo que había arriba con motivo de que al día siguiente, seria el día de la virgen del lugar, vistazo al paisaje espectacular y una pequeña bajada para seguir subiendo lo ultimo que nos quedaba, el Alto do Poio, que subida, era una pared dentro de una pared...uff, aquí no hubo mas remedio que hechar pie a tierra y subir empujando los últimos 50 metros.Por fin, estábamos lo mas arriba que íbamos a volver a estar en lo que nos quedaba de camino y casi podíamos ver Santiago, sentíamos que lo mas difícil ya había pasado, que ya solo quedarían escalones medianos que subir, pero mientras podíamos disfrutar de una bajada de 15km, ya ni pesaban los kilos extras ni nada, disfrutar, solo disfrutar de las vistas, de la compañía y de la velocidad!!, pero antes de terminar toda la bajada paramos en Triacastela para decidir que variante tomábamos y finalmente nos decidimos como siempre por el camino que hacen todos los peregrinos, fieles a nuestros pensamientos de no querer tocar la carretera,excepto en ocasiones excepcionales.
El camino se estrecho bastante en un momento y los terrenos amplios de tierra fueron sustituidos por corredores de arboles y sendas empedradas. Era un terreno muy duro y complicado, con numerosas subidas y bajadas, con numerosos pedruscos sueltos y ganado por todas partes!!, pero nos acostumbramos al cambio en un momento, lo que nos permitió seguir disfrutando de uno de los días mas especiales del camino. La senda nos condujo hasta Sarria, donde tras una vuelta por el pueblo, decidimos parar a comer en un bar-restaurante, donde por 8 euros comimos estupendamente, lo cual después de reponer fuerzas nos invito a echarnos un rato en el jardín detrás de una Iglesia.
Ya quedaban escasos 20kms para nuestro destino de hoy, Portomarin; el camino hasta aquí fue todo una delicia, los caminos estrechos se alternaban con los prados llenos de ganado y huertas lindando con el camino, hasta que a lo lejos pudimos ver Portomarin. La alegría que nos inundo en ese momento fue enorme pues Alex y yo sabíamos que era una de nuestras ultimas paradas y que lo mas duro ya se había dejado atrás!
Al llegar, vimos que eran las fiestas del pueblo y que estaba todo ocupado, hasta tal punto que cuando llegamos al albergue nos dieron las dos ultimas camas que quedaban...menos mal, porque sino, hubiera tocado dormir en el suelo...y sorpresa!! ,allí estaba Manu junto con Luis, que alegría volver a verlos!
Rápidamente, nos duchamos, organizamos todo y a ver el pueblo, pequeño pero con una Iglesia, reconstruida, si si si, reconstruida aparte de restaurada, porque esa iglesia estaba sumergida y la habían rescatado del fondo. Por la noche, después de dar una vuelta y comprar el desayuno, fuimos a cenar, 7,5 euros y muy buena cena compartiendo mesa con Luis, Manu y como no Alex. En los cuatro se podía ver la misma emoción, era una mezcla entre ansias de querer llegar y a la vez de querer alargar lo máximo posible el viaje, todos sabíamos que esta aventura le quedaba el tiempo de un telediario y que debíamos de disfrutar todos los segundos que nos restaban...Una noche menos...

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¿LLegaremos a Santiago?